Perdón por las noches que no acaban, por rompernos la
rutina, por cambiarnos la vida. Perdón por ponerme a mí delante de ti ante todo
para protegerte, por quererte los días que no querías a nadie, por recordarte
que primero eres tú y después el mundo. Perdón por hacer agostos en invierno,
por llevarte a todos esos conciertos en los que te morías de nervios, por
amarte las ganas, por follarte las rabias, por hacerlo de verdad. Perdón por
amar el desastre que eres, por hacerme adicto al caos que te rodea, por dejarme
llevar. Perdón por todas esas canciones que ahora suenan a nosotros, por todas
esas series y películas que no vas a poder ver con nadie más porque te
recordaran a mí, perdón por todo ese ron contigo. Perdón por la felicidad, por
dejarme iluminar los días malos por esa sonrisa que nunca te falta, por estar
cuando lo necesitabas. Perdón por no fallar, por cuidarte los defectos que me
enganchan, por la fuerza en las semanas que tenías que trabajar y estudiar.
Perdón porque eres lo mejor que me ha pasado en la vida y no te voy a dejar
escapar.
Y solo te puedo pedir perdón por lo bueno porque me curas
todo lo malo, porque lo olvidas en medio de un abrazo.
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